jueves, 19 de junio de 2008

Aporte (3) al debate sobre educación, CON ENFASIS LAICISTA.

En su artículo, Cristián Larroulet, señala que las modificaciones promovidas por el ejecutivo a LGE, atentarían contra la libertad de enseñanza. Vieja lucha por estos lados, educación publica versus libertad de enseñanza. El señor Larroulet es un católico conservador, por lo que toda relación entre este pensamiento con las libertades individuales y ciudadanas es un acomodo perpetuo frente a una contradicción que es permanente. La contradicción de los católicos conservadores en Chile consiste en la posición con respecto al propósito o sentido público de la educación.

Desde el inicio los laicos chilenos han tenido la convicción de organizar un sistema público de educación. El laicismo ha tenido una preocupación constante por la educación pública, porque se concibe esta responsabilidad como irrenunciable, en la medida que se trata de organizar la esfera de la vida pública en la que participen los ciudadanos de manera igual y libre.

Fue Thomas Babington Macaulay, en un famoso discurso que pronunció en la Cámara de los Comunes en 1847 quien planteó como nadie la concepción de la educación pública como una función del gobierno y explicó también que esta función lejos de afectar constituye un refuerzo de los derechos de los ingleses. Macaulay en su discurso enfrentando la tesis educacional libertaria que caracteriza como errada y que resume en la idea de que si la competencia es buena en el comercio en general, debe también serlo en educación, llama falsa analogía a la idea de que al igual que la ley de la oferta y la demanda es buena para determinar el precio del azúcar, deben estas mismas leyes serlo para las materias educacionales. Y la analogía es falsa según Macaulay, porque si un hombre compra o no azúcar es cuestión que le compete sólo a sí mismo, en circunstancias que hay un interés público, al menos de sus vecinos y del Estado, en que una persona sea bien educada. Y si alguien por razones económicas no puede educarse el Estado debe ayudarlo a cumplir con esta tarea.

Larroulet en su artículo sostiene que "un pilar básico de nuestro sistema educacional, [como] es la libertad de enseñanza". En Chile la posición ultramontana ha planteado la libertad de enseñanza vinculada a varias ideas matrices: 1) El derecho de los padres a educar que es un derecho natural. 2) El derecho de la Iglesia a educar que deriva de su acceso infalible a la verdad y establece un derecho divino que la autoridad civil debe reconocer. 3) El derecho natural de los particulares a enseñar la ciencia que poseen con autonomía del Estado. 4) El interés de los contribuyentes, ya que no es justo imponer a todos los contribuyentes el costear la educación fiscal.

Por el contrario, la idea laica de educación pública siempre ha postulado la necesidad de establecer un fuerte componente público de regulación por la calidad junto con asumir la idea igualitaria de asegurar un sistema público que permita que se eduquen personas con diversos proyectos de vida. Porque aunque existen algunos estudios que muestran que los colegios confesionales de nivel básico y medio tienen buen rendimiento, no necesariamente su educación tiene un compromiso republicano y ciudadano democrático.

Este es un episodio más de una constante lucha a veces abierta y siempre soterrada del catolicismo conservador por la perpetuación de un carácter confesional en la educación chilena. Estos, han argumentado por la necesidad de que el Estado tenga un compromiso con la educación confesional católica imponiéndole un carácter obligatorio, "ecuménico" en su versión más actual, en otras se buscó refugió en la noción de libertad de enseñanza para impedir que la institución estatal tuviese influencia en las directivas que quería imponer "privadamente" (pero siempre con financiamiento estatal) la iluminada e infalible jerarquía católica en los ignorantes y errados habitantes de esta tierra.

Creo que debiéramos apoyar una educación pública, pluralista, laica y desinteresada para Chile, que se funde en la distinción por el merito, en un compromiso con romper la relación cuna con aula, y de este modo proporcionar una vida digna para todos.
Por Esteban de Ghald

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